Cuando desperté
en la mañana, me vino como un deja vu. Sentía que ya había despertado de esta
manera. Sabía que me había soñado algo increíble, pero el problema era que no
recordaba qué era, eso sí, había sido algo de lo más increíble y mágico. No le di importancia, y empecé mi día como
cualquier otro. Ya era de noche, mi día se había ido tan rápido, pero eso no me
sorprendía porque últimamente mis días son así de cortos y normales, tan normales que no puedo recordar ni qué comí
ayer, eso se debe a que siento que el almuerzo no es la parte más importante de
mi día. La única parte en la que existe algo de magia, es a horas muy tarde de
la noche, cuando toda mi familia se reúne a ver una película o serie, comiendo
lo que más me gusta, las frituras. Es mágico porque me hace pensar en las salas
de cine, donde todos los conocidos, familias y amistades se reúnen para hacer
algo que a todos nos gusta hacer, ver películas con la familia. Todos reunidos
en un sólo lugar, compartiendo la comida y la actividad. Lo malo es que no pasa
todos los días. Hay que esperar el fin de semana para experimentar esa magia.
En fin, ya era de noche y me fui a acostar. Me dormí profundamente, más rápido de lo que acostumbro, y eso que no
vi mi serie antes de dormir, ni siquiera me puse una película como acostumbro
hacer sola, cuando el sueño no me llega.
Ahí fue cuando mi mente se abrió y pensé en grande. Dije, ¡llévame a
Japón!, y al parecer la burbuja me escuchó, porque empezó a avanzar hacia
otro lado. Después de una hora salimos del país. Básicamente estaba viajando
por todo el mundo. Pude ver cualquier cantidad de paisajes y animales, estatuas
famosas; la torre Eifel, la dama De la Libertad y todo mientras veía una de mis
series preferidas y comía mis comidas favoritas. Entonces, por un momento pensé…
Qué tal si bajo a saludar a alguien, le puedo pedir a la burbuja mágica que
me haga hablar en el idioma de esa persona para que me entienda. Y antes de
que pudiera decir mi idea, ya estaba abajo. Me topé con
una chica, era joven y tenía el pelo negro, llevaba un abrigo café que no
parecía de esta época. Cuando me puse frente a ella, ésta, atravesó mi burbuja,
me traspasó como si nada. Entendí que nadie más podía verme, era invisible. Y
regresé a la altura en la que estaba, no
muy lejos del suelo para no perderme nada. Continué mi viaje hasta que llegué a
mi destino, todo era mejor de lo que imaginé, todo estaba lleno de tecnología. Le
pedía a la burbuja lo más moderno de Japón y ella me lo entregaba en las manos.
Después de verlo, toda mi mente fue más lejos, me preguntaba qué había antes
del big bang, qué hay en todo el espacio exterior, qué hay en lo profundo, lo
más profundo de los mares donde nadie
llegó, por qué soñamos, ¿existen los dioses?, ¿podré curar todas las
enfermedades?, y ¿pediré la paz mundial? Todo el
conocimiento que nadie tiene estaba en mis manos. Y antes de que la burbuja mágica pudiera decirme la verdad
de todo, me desperté y comencé otra vez mi día normal, esperando el fin de
semana y que termine la cuarentena. Después
de todo, había olvidado que todo era un sueño.
FIN
Buenisimo, me gusto
ResponderEliminar¡Muy buen cuento! Me hace dar ganas de comerme unas frituras frente a una buena película.
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